sábado, 21 de enero de 2017

María Dolores García Ramos: los orígenes del Museo Julio Romero de Torres, en la Fundación PRASA



El pasado miércoles, dentro del VI ciclo de conferencias "Museos y Desarrollo Local", en la sede de la Fundación PRASA pudimos disfrutar de una interesante charla sobre el origen del Museo Julio Romero de Torres, impartida por la profesora García Ramos.

Con el profundo conocimiento que le daba el hecho de haber dedicado a este tema concreto su tesis doctoral, y con un estilo ameno, sencillo y directo, María Dolores fue presentándonos las bases conceptuales del montaje del primitivo museo monográfico del autor. Centrándose en museología y museografía, y sin caer en tópicos sálvame de desgranar la importancia política o social de los personajes asistentes al acto. Porque el hecho de que importantes personalidades de la recién estrenada II República acudieran a la inauguración de 1931, como refleja la prensa de la época, es algo digno de resaltarse en portadas como la de "La Voz", que encabeza esta imagen, puede ser de interés para los historiadores que estudian esta etapa histórica, pero no es más que una anécdota secundaria cuando lo que nos interesa es conocer los orígenes del museo. Lo que nos interesa realemente es saber por qué se crea, qué se quiere conseguir y cómo se proyecta. Y estas preguntas son las que centraron la charla de María Dolores.

Comenzó la conferencia destacando la importancia de la relación de Julio Romero con Córdoba, el cariño que siempre le demostró su ciudad y la implicación de la familia con Córdoba. De ahí que, tomando como base el pabellón de Córdoba en la entonces reciente Exposición Iberoamericana de Sevilla (1929) y el taller madrileño del artista, se planificara la creación de unas salas monográficas anexas al Museo de Bellas Artes, ocupando la parte del antiguo Hospital de la Caridad que antes había servido de sede a la Real Academia de Córdoba. Para que esta unión del pintor con la ciudad fuera permanente.

En 1931 se inaugura lo que no nos queda muy claro si debe ser considerado como una sección especial del Bellas Artes o un Museo completamente autónomo, pues compartía personal y servicios, aunque desde el primer momento tenía una gestión diferenciada. La propia noticia de prensa que abre esta entrada nos habla de la inauguración de "la sala" Julio Romero de Torres. Muy pronto se pudo comprobar la insuficiencia de espacios y planteamiento del centro en comparación con la cantidad y calidad de obra expuesta, por lo que el montaje inicial fue ampliado y modificado en 1936.

De estas dos inauguraciones nos habló María Dolores, destacando cómo en ambas la inspiración estuvo en el montaje de la sala dedicada a Julio Romero en la exposición sevillana del 29, con toques del ambiente del estudio del pintor en Madrid. Aunque tanto el concepto (la museología) como el montaje (la museografía) evolucionaron de forma importante entre ambas fechas. De forma que un centro casi improvisado terminó convirtiéndose, tras la ampliación de 1936, en un museo moderno que incluso estaba dotado de algunos elementos de seguridad y conservación muy poco comunes en los museos de su época.

Realmente el análisis de estos dos primitivos montajes del museo, muy documentado y con abundante aparato gráfico, resultó muy interesante. Espero que su próxima publicación nos permita a todos conocerlo o recordarlo, porque sinceramente merece la pena.

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