martes, 21 de junio de 2016

¿Corte o Tribunal?

En rey y su corte, en el Libro de los Juegos de Alfonso X
Reconozco que es una de mis muchas manías, pero me pone nervioso comprobar cómo cada vez es más habitual que, en prensa escrita, radio o televisión, se traduzca sistemáticamente el inglés court por "corte" en lugar de "tribunal".

El Diccionario de la Real Academia Española admite en su segunda acepción el significado de "tribunal" para "corte", identificándolo como un americanismo. Es decir, lo que en España es tribunal, en algunos países hispanohablantes se denomina corte. A pesar de esto, resulta curioso que un poco más abajo, la propia RAE nos hable de la "Corte Penal Internacional" para denominar al Tribunal Penal Internacional. Por su parte, la Fundación del Español Urgente zanja con claridad el debate: "Corte es, simplemente, el nombre que reciben algunos tribunales de justicia en América".

Remontándonos a la Edad Media, el término "corte" -procedente de "cohorte"- designa al grupo de personas que forman el séquito o acompañamiento del rey. La Corte pasará a ser muy pronto la sede del poder político de ámbito estatal, y de ahí que aún en España llamemos "Palacio de las Cortes" a la sede del Parlamento. Pero debemos tener en cuenta que hasta la Revolución Francesa no aparece un concepto político hoy generalizado -al menos en teoría- como es la división de poderes. Es decir, la "corte" será una institución política, pero que acumula los tres poderes: legislativo, ejecutivo y judicial. De hecho, se convertirá en habitual instancia de apelación en los procesos judiciales, a la que recurrirán quienes no estén conformes con las sentencias dictadas por tribunales menores. En su origen, por lo tanto, el término "Cortes" haría referencia a una instancia de poder político (de ahí que en España se llame así al Parlamento) y también judicial (de ahí que, en el mundo anglosajón y en parte de la América hispanohablante, se llame así a los tribunales).

Pero el uso periodístico de "corte" en lugar de "tribunal" no creo que podamos catalogarlo como un americanismo, sino más bien como fruto de una deficiente traducción del inglés, casi un anglicismo. Me temo que se impondrá, y que algún día la RAE eliminará la catalogación como americanismo para esta acepción de "corte". Y no pasará nada, naturalmente, aunque yo seguiré sintiéndome molesto al pensar que la evolución del lenguaje no siempre refleja riqueza sino que, en ocasiones, puede ser simple fruto de la incultura.

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