jueves, 10 de marzo de 2016

Anuncia Carpio, en la Fundación PRASA


Es curioso darse cuenta de cómo son las cosas: me costó trabajo presentar a mi hermana como conferenciante ayer en el ciclo "Museos y desarrollo local". ¿Será que no la conozco? Más que destacar sus méritos profesionales en el mundo oleícola, su trabajo y su pasión, me interesaba especialmente destacar la importancia que, desde hace años, Anuncia da a la historia del cultivo del olivo, a la evolución de los procesos de elaboración del aceite y al Patrimonio Histórico Olivarero. Porque por eso la enredé para que viniera a la Fundación PRASA a hablarnos de "Musealizar un producto: el aceite de oliva y la cultura del olivar".

La verdad es que le pisé un poco la primera parte de su ponencia (y ella, como buena hermana mayor, me lo hizo comprender breve pero precisamente) al hablar de su gusto por la lectura de Columela y otros agrónomos latinos y por la recuperación del Patrimonio Histórico relacionado con el olivar y el aceite. Pero Anuncia tenía información e ideas sobre el tema central de la charla no sólo para una conferencia, sino para un curso completo. Y lo demostró con creces durante la hora ligeramente escasa que, cumpliendo perfectamente el tiempo fijado, nos estuvo hablando.

Los agrónomos latinos, como el gaditano Columela, estuvieron presentes en su discurso. E incluso en un par de pequeñas citas con las que etiquetó dos de los pequeños botecitos de aceite que entregó a los asistentes para ilustrar lo que es un aceite Virgen Extra de calidad en comparación con un aceite Virgen Lampante (el que los romanos destinaban a las lámparas) y con otro Refinado. Un término, este último de "refinado", que nada tiene que ver con mayor finura sino más bien con procesos físico-químicos que, admitiendo la exageración, ilustró con una imagen de una sucia refinería de petróleo. Utilizó en su discurso varias frases de un agrónomo que, ya en el siglo I, defendía la necesidad de cuidar la recogida de los frutos, de realizarla temprano y de molturarlos inmediatamente. Unos preceptos que, explicó, resultaban totalmente revolucionarios hace tres décadas, aunque hoy afortunadamente parece que se están por poniendo en práctica.

También comentó la oportunidad de defender la conservación del Patrimonio Histórico relacionado con los sistemas de elaboración del aceite, ofreciéndonos una breve panorámica sobre la evolución de los sistemas de extracción desde las antiguas prensas de viga utilizadas desde época romana hasta comienzos del siglo XX hasta los modernos sistemas continuos. Y reivindicó la conveniencia y la necesidad de musealizar esta historia común tan importante para zonas como la cordobesa o la giennense. Porque es necesario para la conservación, conocimiento, difusión y disfrute de una parte importante de nuestra historia, de nuestra cultura. Y porque es conveniente para dar a conocer un producto de gran importancia económica en este área geográfica nada menos que desde época romana.

En relación con esta doble mirada, a la historia y al producto, planteó una idea de musealización que me parece de gran interés. Proponía establecer tres bloques cronológicos y temáticos: los orígenes romanos, la evolución del cultivo y la elaboración del aceite hasta el siglo XX y, finalmente, los nuevos aceites de calidad. Cada uno de estos bloques presentaría, lógicamente, los elementos patrimoniales (tanto materiales como intangibles) relacionados con el aceite de oliva. Complementándolos con una muestra de los sabores y los aromas de los aceites obtenidos con la tecnología utilizada en cada época. Un concepto museológico que para mí resulta moderno y acertado, ya que permite conseguir el doble objetivo de defender nuestra historia y nuestro producto.

Diario Córdoba
La impresión final fue que el numeroso público asistente (nuevamente debo pedir disculpas a quienes no pudieron entrar en la conferencia por haberse cubierto el aforo de la sala) no sólo salió satisfecho, sino que se quedó con ganas de más. Sobre todo, de poder catar para aprender a diferenciar las calidades de nuestro aceite de oliva Virgen Extra. Anotado queda, y quizá en el futuro podamos plantearnos enredar de nuevo a Anuncia para que nos enseñe a conocer y a valorar más un producto estrella para la cultura, la gastronomía y la historia española.

No hay comentarios: