lunes, 7 de abril de 2014

Añora en la Edad Media


El pasado sábado, dentro de las I Jornadas de la Real Academia de Córdoba en Añora (ver resumen en Solienses), me tocó hablar de los orígenes bajomedievales de esta población. Porque, pese a que su nombre evoca un pasado andalusí, con la información de la que disponemos  es muy difícil mantener la idea de que, en el caso de existir un poblamiento anterior al siglo XIV en el lugar hoy ocupado por Añora, éste se hubiera mantenido en el tiempo hasta la actualidad.

La conquista de Toledo por los castellanos en el año 1085 tuvo una gran importancia para las tierras de Los Pedroches, que pasaron de ser una tranquila provincia cercana a la capital cordobesa a convertirse en zona de frontera, constantemente expuesta a los movimientos militares durante más de dos siglos. De hecho, incluso el núcleo principal, Pedroche, tuvo graves problemas de repoblación, y sólo en el último cuarto del siglo XIII podemos considerar que cuenta de nuevo con población estable.

A partir de fines del siglo XIII, desde Pedroche se articula la repoblación y puesta en explotación de una enorme extensión de tierras en las que, paulatinamente, van surgiendo una serie de pequeños asentamientos que, en algunos casos, terminarán convertidos en aldeas (sobre este proceso ya he hablado en otra ocasión). Y eso es lo que la escasa documentación disponible nos indica que sucedió con Añora.

Iluminado Sanz, en su estudio sobre el Obispado de Córdoba en la Baja Edad Media, constata que no existe como parroquia en 1275, mencionándose por primera vez en 1369. Por lo tanto, sitúa entre estas dos fechas el origen de la aldea. Aunque en estos casos la fiabilidad de la documentación eclesiástica no es completa (puede haber, y de hecho hay, parroquias en despoblados de la misma forma que había aldeas sin iglesia), es un indicio que podemos tener en cuenta. Casas-Deza, por su parte, tomaba como referencia la fecha de 1414, fecha en la que Añora habría recibido la dehesa de la Vera, como indicio fiable para fijar el poblamiento del lugar con anterioridad.

El mencionado documento de 1414 resulta muy interesante, pues aunque sólo se conserva copia del siglo XIX que no resulta completamente fiable, denomina a la población quintería. Este nombre se asignaba en la época a aquellos incipientes núcleos, de tamaño muy reducido pero con una cierta población estable, menores a los logares o aldeas. Si tenemos en cuenta que es en este momento cuando la quintería de Añora recibe una dehesa, podemos pensar que su origen como núcleo estable no sería muy anterior. De hecho, la  información indirecta extraída de pleitos de términos de fines del siglo XV e inicios del XVI parece confirmar este hecho. A través de estas fuentes indirectas conocemos a Antón Sánchez Crespo el Viejo, que habría nacido hacia 1410 en Añora, o a Pedro Muñoz, que dice haber nacido aquí, posiblemente en torno a 1357.

Como logar (es decir, aldea) de Torremilano aparece ya citada por algunos testigos en el momento de la señorialización de Belalcázar (1444) y, pese a conseguir un primer concejo de aldea en 1485, permanecerá sujeta a la jurisdicción de esta villa hasta que consiga comprar su privilegio de villazgo en 1553.

Todo este proceso se vio complicado porque las aspiraciones de autogobierno de los vecinos de la aldea chocaron frecuentemente con la resistencia de las élites locales de Torremilano a perder su influencia sobre Añora. Y todo ello en el contexto de la amenaza constante de señorialización por la enorme presión ejercida a lo largo de todo el siglo XV por los señores de Santa Eufemia. Una interesante historia que espero poder ofreceros pronto, cuando estén publicadas las actas de las jornadas, porque su contenido es excesivo para una entrada del blog.

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