miércoles, 19 de septiembre de 2012

Cultura para tiempos de crisis: ¿en qué quedamos?

¿Habría turismo en Córdoba sin cultura?

Nadie duda en público de la capacidad que, en España, en Andalucía, en Córdoba o en Los Pedroches, tiene la cultura para generar riqueza y desarrollo económico, en primer lugar a través del crecimiento del llamado turismo cultural, natural o "de interior". Pero tampoco parece dudar nadie, incluido Vargas Llosa, de que en estos tiempos de crisis es imprescindible recortar las inversiones en cultura. ¿En qué quedamos? ¿Debemos recortar los gastos en el sector que todos sabemos (o eso decimos públicamente, al menos) que más puede impulsar nuestro crecimiento?

En el fondo, lo que ocurre es que pocas veces se reconoce el valor de la cultura como generador no sólo de calidad de vida, de felicidad, sino también de riqueza económica. Y quienes están convencidos de ello pocas veces son quienes tienen acceso a los resortes necesarios para dar impulso a este sector. Mientras aquellos que, finalmente, podrían hacerlo, no siempre tienen verdadero interés en un negocio con el que no están directamente relacionados. El caso es que se dice, se repite, se comenta en todos los foros posibles, pero al final nadie hace nada.

Por mi parte, en este blog ya he opinado en varias ocasiones sobre el tema: he comentado la importancia que puede tener el Patrimonio Histórico para el desarrollo cultural y turístico de Pozoblanco y la comarca de Los Pedroches, indicando que "sólo estamos empezando a explotar ese campo de generación de riqueza y de empleo"; he comentado mis impresiones sobre debates originados en torno a turismo y cultura en Los Pedroches; he alabado la apuesta de la ciudad de Málaga por la cultura y los museos como alternativa al monocultivo del sol y playa turístico. Quizá por eso, porque estoy convencido del poder de la cultura para generar riqueza, para abrir nuevas vías a ese tan cacareado "desarrollo sostenible", me parece más terrible que admitamos sin más una frase recurrente, en este caso de la mano de Vargas Llosa: hay que recortar en cultura; no tenemos otra opción.

Ya sé que estoy abusando hoy de las autocitas, pero os quiero recordar que en estos tiempos de crisis hay subastas de arte cuyos precios de remate baten todos los records. Y que si realmente queremos impulsar el desarrollo de un nuevo modelo productivo basado en la sostenibilidad, necesariamente tenemos que apostar por la cultura y el medio ambiente. Y las cifras lo confirman: según responsables de turismo de la Junta de Andalucía, el turismo cultural genera anualmente unos beneficios de 1.900 millones de euros en Andalucía.

Grandes cifras, y con datos objetivos de los que tanto gustan en la prensa. Pero lo siento: es sólo humo. Desaparecidos los presupuestos culturales de bancos y grandes empresas, recortados al máximo los presupuestos de las Administraciones Públicas, sólo nos quedaría el esfuerzo privado para mantener una mínima política cultural que debe preceder a cualquier tipo de aprovechamiento económico, incluido el turístico. Un esfuerzo privado que siempre será insuficiente ante las necesidades de conservación y "puesta en valor" del Patrimonio Histórico. Y que tampoco llega a otros sectores culturales, puesto que la capacidad económica de las familias, que estamos pagando duramente el coste de la crisis, obliga a recortar cada día más todos aquellos gastos que no tengan por único fin el de asegurar la supervivencia. Todo ello, coincidiendo con la aplicación de los nuevos baremos del IVA, una muestra más de que en nuestro país la cultura está considerada como en un objeto de lujo, apto únicamente para quien pueda pagárselo.


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