viernes, 28 de enero de 2011

El lunes, al Arqueológico



Hoy se anuncia en la prensa la inauguración, el próximo lunes, de la ampliación del Museo Arqueológico de Córdoba. Se trata de un edificio de nueva planta, anexo al Palacio de los Páez de Castillejo, en el que se ha montado una exposición de carácter temporal y que cuenta en su sótano con un recorrido visitable por algunos de los restos conservados del antiguo Teatro Romano de la Colonia Patricia Corduba. Esta muestra permanecerá abierta hasta que, tras la definitiva rehabilitación del palacio, todo el conjunto vuelva a abrir sus puertas con un proyecto completamente renovado. Además, la nueva construcción integra importantes servicios internos, como almacenes o un moderno taller de restauración, y áreas de servicio al público que eran necesarias en una institución de estas características, como sala de investigadores o biblioteca especializada.

La ampliación del museo era una acuciante necesidad y una reiterada reivindicación de quienes han dirigido el centro desde hace muchos años. El Museo Arqueológico de Córdoba es uno de los más importantes del país –quizá sólo por detrás, en cuanto a la riqueza de sus colecciones, del Museo Arqueológico Nacional- y desde hace décadas se encontraba con graves problemas derivados de la falta de espacio. Ello le impedía disponer de espacios que hoy se consideran imprescindibles en cualquier programa museológico, tanto de trabajo e internos (almacenes, taller de restauración adecuado, etc.) como de servicios al público (biblioteca, sala de investigadores, aula didáctica, sala de conferencias, sala de exposiciones temporales…). Pero es que, además de estas carencias, las características del edificio de origen renacentista que le servía de sede y su tamaño reducido para el enorme volumen de los fondos conservados impedía articular un discurso coherente y comprensible en sus salas de exposición. La ampliación del museo era totalmente necesaria.

A.M. Vicent Zaragoza
Ante esta situación, los sucesivos directores del centro han venido luchando desde hace décadas para conseguir el espacio que el próximo lunes, por fin, se integra definitivamente en el museo. Ana María Vicent Zaragoza (directora de 1959 a 1987) fue la encargada de abrir la actual sede de la Plaza de Jerónimo Páez. Durante su amplio período al frente del museo ya tuvo ocasión de plantear la futura ampliación del centro, logrando que el Ministerio de Cultura adquiriese los solares sobre los que se asienta el nuevo edificio.

Pero el proyecto de ampliación no se conseguirá relanzar hasta la etapa de Francisco Godoy al frente del museo (1990-2002). Es en este período en el que se reafirma la clara voluntad de que el museo permanezca en el Casco Histórico de Córdoba, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, para reforzar sus valores culturales. El impulso a la ampliación del museo dará lugar a la redacción, por Paco Godoy (director) y Lola Baena (entonces conservadora del museo) del Programa Museológico que ha servido de base al que en la actualidad se está ejecutando. A partir del año 2002, María Dolores Baena Alcántara ha continuando como directora del museo la labor iniciada en la etapa anterior. Tras sucesivas adaptaciones del programa museológico (algunas ideas publicadas aquí, aquí o aquí) la semana próxima por fin podremos disfrutar del nuevo espacio. El nuevo edificio se integra en el programa general actualizado del museo (en cuya redacción yo mismo he participado), y ha sido construido según el proyecto arquitectónico desarrollado por Joaquín Lizasoain y Pau Soler.

Hace un par de años tuve la suerte de contar en una actividad del Museo PRASA Torrecampo con la participación de Paco Godoy y Lola Baena (en el centro en la imagen, junto a Andrés Pastor, JB. Carpio, David Luque y Ramón Corzo).

A falta de la rehabilitación integral del Palacio de los Páez de Castillejo, que culminará el proceso de transformación de nuestro Museo Arqueológico, lo que se presenta el lunes 31 es únicamente un primer paso. Pero es un paso que yo considero de gran importancia para ayudar a la conservación y difusión del Patrimonio Histórico en una ciudad que puede llegar a tener en la cultura uno de sus más importantes motores de desarrollo económico.

Pero todo esto no son, en el fondo, más que datos. Porque para mí, el Museo Arqueológico de Córdoba es algo más. Es el centro donde he aprendido –con Paco, con Lola, con Carlos…- lo que sé sobre museos; es el lugar donde he trabajado con ilusión a lo largo de ocho años (de 1997 a 2004); donde he encontrado gente con la que compartir los buenos y no tan buenos momentos; un sitio, en definitiva, al que sigo volviendo y que cada vez que visito sigo sintiendo que es, como dice mi hijo Andrés, mi museo.


 Pd. Lamento terminar con una queja: hoy viernes, el resultado de una inversión tan importante para las infraestructuras culturales de una ciudad que pretende ser capital europea de la cultura no merece ni siquiera destacarse en la página de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, institución gestora del centro.

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